Análisis Pest

PEST, PESTEL (también conocido como PESTLE) es un instrumento que facilita la investigación y que ayuda a las compañías a definir su entorno, analizando una serie de factores cuyas iniciales son las que le dan el nombre. Se trata de los factores Políticos, Económicos, Sociales y Tecnológicos. En algunos casos, se han añadido otros dos factores, los Ecológicos y los Legales, aunque es muy común que se integren en alguna de las variables anteriores si así lo requieren las características del proyecto de la organización. Incluso hay algunos estudios que suman otro más, el de la Industria, debido al peso que este ámbito puede tener en el resultado del análisis, generando las siglas PESTELI.

Por el valor de la información que arroja y lo práctico que resulta su uso, este modelo de estudio es una de las herramientas empresariales mas utilizadas en todo tipo de organizaciones. 

Esta herramienta, que se puede aplicar a numerosos casos, facilita la descripción en detalle del contexto en el que operará la organización. Y ayuda a comprender el crecimiento o declive de un mercado, las dificultades y retos que puede presentar, así como a orientar la dirección y la posición del negocio de forma sencilla, sistemática y pautada.

Es preciso, a la hora de iniciar un proyecto empresarial o una nueva actividad realizar un estudio del entorno en que va a desarrollar su actividad la empresa, de forma que la empresa actúe en sintonía con la sociedad y el mercado en el que actúa.

Las variables de PEST y PESTEL

Estos son los factores PEST o PESTEL que sirven para conocer las grandes tendencias y rediseñar la estrategia empresarial:

Variables políticas. Son los aspectos gubernamentales que inciden de forma directa en la empresa. Aquí entra la situación política general, legislación mercantil medioambiental, fiscal, laboral, autorizaciones administrativas, aranceles, libertad de establecimiento, financieras, subvenciones y demás estímulos a la actividad económica. También la manera de la que se organizan las distintas administraciones locales, regionales y nacionales. Los proyectos de los partidos mayoritarios sobre la empresa también se incluyen en este apartado.

Variables económicas. Hay que analizar los datos macroeconómicos, la evolución del PIB, las tasas de interés, el nivel impositivo, la inflación, la tasa de desempleo, el nivel de renta, los tipos de cambio, el acceso a la financiación, el nivel de desarrollo y los ciclos económicos. También se deben investigar los escenarios económicos actuales y futuros y las políticas económicas.

Variables sociales. Los factores a tener en cuenta son la evolución demográfica, la movilidad social y cambios en el estilo de vida, estructuras familiares. También el nivel educativo y otros patrones culturales, la religión, las creencias, los roles de género, los gustos, las modas, la importancia otorgada a las cuestiones medioambientales y los hábitos de consumo de la sociedad. En definitiva, las tendencias sociales que puedan afectar el proyecto de negocio.

Variables tecnológicas. Resulta algo más complejo de analizar debido a la gran velocidad de los cambios en esta área. Hay que conocer la inversión pública en investigación y la promoción del desarrollo tecnológico, la penetración de la tecnología, el grado de obsolescencia, el nivel de cobertura, la brecha digital, los fondos destinados a I+D, así como las tendencias en el uso de las nuevas tecnologías.

Variables ecológicas. Los principales factores a analizar son la conciencia sobre la conservación del medio ambiente, la legislación medioambiental, el cambio climático y variaciones de las temperaturas, los riesgos naturales, los niveles de reciclaje, la regulación energética y los posibles cambios normativos en esta área.

Variables legales. Toda la legislación que tenga relación directa con el proyecto, información sobre licencias, legislación laboral, propiedad intelectual, leyes sanitarias y los sectores regulados, etc.
Dentro de cada variable, es necesario identificar los aspectos que tendrán más peso en el entorno futuro y otros que serán menos decisivos e irrelevantes para el funcionamiento de la compañía, unidad de negocio o proyecto. Es recomendable comenzar el análisis por los factores más generales y terminar por los que son más específicos o característicos de la empresa. El estudio también puede abarcar los ámbitos locales, regionales o estatales, si se considera necesario.

Asimismo, se puede realizar un análisis comparativo, de corte más científico, si se asigna una calificación a cada uno de los apartados. Lo que facilitará el estudio de varios mercados para conocer cuál presenta un entorno más favorable o adecuado a los propósitos de la empresa.

Entornos.

De acuerdo a los resultados que se vayan obteniendo en el análisis anterior, cabe determinar las existencia de cuatro entornos diferentes:
  • Integrados o diversificados: en función de la cantidad de variables que están presentes en el entorno en que actúa la empresa.
  • Estables o dinámicos: de acuerdo a si los factores son estables o variables a lo largo del tiempo y de la forma en que dichas variaciones se pueden producir.
  • Favorables u hostiles: determinado por la facilidad o no con la que la empresa se adapta a los cambios producidos en el entorno.
  • Simples u complejos: de acuerdo a si la empresa se adapta de forma sencilla o no a las alteraciones que se producen en el entorno.

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